domingo, 19 de febrero de 2012

HOMENAJE A ANTONI TÀPIES

Con su obra El Calcetín, Antoni Tàpies quería reivindicar el valor de las cosas pequeñas. Ahora, casi veinte años después de la realización de la primera maqueta, el calcetín se ha hecho realidad y quedará instalado de forma permanente en la terraza de la Fundació Antoni Tapies de Barcelona.

Esta obra que nació en 1991 como un proyecto de escultura para el Salón Oval del Museo Nacional de Arte de Cataluña, generó una gran polémica y nunca vio la luz en su formato original de 18 metros de altura. Muchos se llevaron las manos a la cabeza exclamando que un calcetín agujereado no podía ser arte.

Por suerte El Calcetín, toda una oda a la sencillez de los objetos cotidianos que nos acompañan en nuestro día a día, se ha hecho realidad. En una versión mucho más pequeña, 2, 75m, su construcción ha sido realizada en el taller de Pere Casanovas, quién ya construyó la escultura Núvol i cadira (1990) que corona la fachada de la fundación.

Cómo explica el sabio de Tàpies, es “un humilde calcetín [mediante el cual] se propone la meditación, con lo que quiero representar la importancia en el orden cósmico de las cosas pequeñas”.

Espero que en el cielo puedas seguir con tu obra y haciendonos meditar sobre las cosas del mundo pequeñas y grandes.

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