domingo, 29 de abril de 2012

Que se abra el telón.

Volvamos a delirar, a perder la cordura, a bailar un vals con la locura.


Soñemos con quiméricas utopías. Volemos sin alas y sin despegar de Gea. Saboreemos las nubes, inventemos colores nuevos, amemos aquello que odiamos, alimentemos a todas aquellas almas vacías. Cantemos al aire con la ínfima esperanza de que los hijos del viento lleven nuestra voz hasta los más recónditos lugares de Azul.


Recorramos mil países sin movernos de la cama, engullamos libros como los ratones engullen el más tierno queso. Seamos famosos, estrellas del rock, grandes eruditos, filósofos, dioses. Respiremos bajo el agua, callemos gritando y gritemos callando. Detengamos el tiempo durante unos segundos y giremos su reloj de arena para seguir viviendo mil años más.


Cerremos los ojos y perdámonos en la oscuridad mientras que con un sólo chasquido de dedos crearemos la luz. 

Bienvenidos a nuestra obra de teatro llamada vida, allí donde nosotros somos los actores y espectadores. Dependerá de nosotros el rumbo de la trama. La imaginación es y será nuestra mejor aliada en los peores momentos.



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